Casas Ibáñez te sorprenderá por su riqueza cultural y natural, por su patrimonio y su gastronomía, por su gente. En él podrás disfrutar de nuestro entorno y de nuestros paisajes, que forman parte de la Reserva de la Biosfera Valle del Cabriel. Nuestro municipio al ser cabecera de comarca dispone de una enorme gama de servicios ya sean administrativos como juzgado, registro civil, oficina de empleo, seguridad social, gestión tributaria, cuenta con múltiples superficies comerciales a las cuales vienen turistas de municipios cercanos por los que nos beneficia su paso por la localidad. Contamos con una importante gastronomía teniendo en la actualidad un restaurante estrella Michelin. Además de varias bodegas con numerosos premios en los mejores vinos de la D.O. Manchuela.
También tenemos una amplia y variada oferta cultural, disponemos de un Teatro referente a nivel provincial cuya programación anual es de interés regional y que se da durante todo el año.
Casas Ibáñez te sorprenderá por su riqueza cultural y natural, por su patrimonio y su gastronomía, por su gente. En él podrás disfrutar de nuestro entorno y de nuestros paisajes, que forman parte de la Reserva de la Biosfera Valle del Cabriel. Nuestro municipio al ser cabecera de comarca dispone de una enorme gama de servicios ya sean administrativos como juzgado, registro civil, oficina de empleo, seguridad social, gestión tributaria, cuenta con múltiples superficies comerciales a las cuales vienen turistas de municipios cercanos por los que nos beneficia su paso por la localidad. Contamos con una importante gastronomía teniendo en la actualidad un restaurante estrella Michelin. Además de varias bodegas con numerosos premios en los mejores vinos de la D.O. Manchuela.
También tenemos una amplia y variada oferta cultural, disponemos de un Teatro referente a nivel provincial cuya programación anual es de interés regional y que se da durante todo el año.
Los orígenes de Casas Ibáñez se remontan a la Edad de Bronce donde se han encontrado asentamientos en la hoya Gualí. También se han encontrado asentamientos en la zona de Abengibre de la época ibérica, pero en la época árabe hay indicios de que esta zona estaba poco poblada.
A finales del siglo XIV y principios del XV las tierras de esta comarca se encontraban dentro del Señorío de Villena, que comprendía Chinchilla, Jorquera, Alcalá del Río y Veas.
Históricamente, Casas Ibáñez fue aldea de la Villa de Jorquera formando parte de su llamado “Estado”; un territorio que en el siglo XV no se integró como realengo en época de los Reyes Católicos y siguió siendo de señorío de los marqueses de Villena hasta la generalización de los decretos liberales del siglo XIX.
Pese a que desde el siglo XVI Casas Ibáñez ya era un núcleo urbano floreciente (podría relacionarse con la construcción de la iglesia. Además también se empezó a construir la ermita de la Virgen de la Cabeza hacia el año 1683 por el arquitecto Juan Ruiz de Ris), no alcanzó su autonomía municipal hasta 1833 cuando se creó la provincia de Albacete y Casas Ibáñez pasa a ser cabecera de partido, convirtiéndose en el núcleo de población de mayor peso, a la vez que Jorquera va perdiendo su poder.
Es, en esa centuria, cuando su territorio será marco de los conflictos carlistas del momento en su paso del Levante a la Mesta.
A partir de la Restauración, en 1875, destaca la familia Ochando. Uno de los representantes notables es D. Federico Ochando Chumillas (1848-1929), Capitán General, senador y diputado en distintas legislaturas. La familia Ochando ejerció una gran influencia en todas las tierras limítrofes, realizándose bajo su gestión importantes obras públicas.
El símbolo más representativo de Casas Ibáñez y que se refleja en su escudo, es un monumento en forma de columna rematado con un capitel piramidal que fue levantado como homenaje del pueblo al general Valdés por su auxilio durante el acoso de las tropas carlistas durante la batalla de los campos de Serradiel.
Casas Ibáñez es cuna de Bonifacio Sotos, uno de los creadores del Esperanto.
Nuestro término forma parte de la Reserva Municipal de la Biosfera Valle del Cabriel declarada como tal en el año 2019 junto a otros municipios de las provincias de Albacete, Cuenca, Teruel y Valencia. Contamos con más de 3.000 hectáreas de monte natural que son zona ZEPA, LIC y Red Natura 2000. Se puede disfrutar de las cristalinas aguas del río Cabriel, fuentes naturales, senderos, que dan pie a practicar deportes de BTT Y senderismo.
Patrimonialmente, contamos con una plaza de toros de 1957 con 6.000 localidades, la Iglesia Parroquial San Juan Bautista del Siglo XVI., diferente arquitectura popular como son chozos y cucos, la Ermita Virgen de la Cabeza de construcción barroca de 1680.
La Plaza de Toros
La Plaza de Toros, ubicada en la salida de Casas Ibáñez, dirección a Valencia, en la N-322, fue inaugurada el 28 de agosto de 1957 y se levantó sobre la primera Plaza de Toros construida en 1857 gracias a la iniciativa privada y que tenía una superficie de 4.442 m2 y una cabida de 3.000 personas.
El descuido y el mal uso que se hizo de ella, ocasionó su cierre al terminar la Guerra Civil. Sin embargo, la afición reclamaba toros y durante finales de los años cuarenta y principios de los cincuenta la actividad taurina se celebraba en una plaza portátil.
En septiembre de 1947 sus propietarios llegan a un acuerdo con el Ayuntamiento y se firma la compra. También se adquieren terrenos colindantes, ya que la nueva plaza contaría con unas dimensiones considerablemente superiores a la anterior. Se proyectó con 8.000 localidades, un diámetro de 70 metros y 39,5 metros en su redondel. Cuenta con 43 palcos y 15 gradas de asiento: una de barrera, otra de contrabarrera, diez de tendido y tres de grada cubierta. Cuenta con 8 vomitorios, sala de toreros, enfermería, una capilla, un amplio patio de chiqueros, mesa de toril, apartaderos y corrales.
Las obras de nueva plaza de toros, que duraron una década, supusieron un gran esfuerzo para la economía municipal y para su terminación tuvo que implicarse el vecindario del pueblo con aportaciones económicas y trabajos y peonadas voluntarias. Los primeros espectáculos taurinos que tuvieron lugar en la nueva plaza de toros se desarrollaban durante los días 28 y 29 de agosto de 1957 y en el cartel figuraban Saldaña, Vergara, redondo y el rejoneador Landete.
Actualmente, la plaza de toros tiene una capacidad de 6.000 personas, más que habitantes tiene Casas Ibáñez.
Cerro San Jorge
El único montículo que sobresale de la planicie donde se ubica Casas Ibáñez es el conocido Cerro San Jorge, al sureste de la localidad, con 707 metros de altura, de propiedad municipal y donde hoy se encuentra las antenas de telecomunicaciones, el punto geodésico y uno de los depósitos de agua con los que cuenta la población.
Sirve también para el recreo de la ciudadanía, ya que dista del núcleo urbano apenas dos kilómetros y es un recorrido circular para los paseantes; también tiene un gran atractivo para ciclistas, pues cuenta con innumerables sendas y las bajadas del llamado “circuito de la bala” son todo un deporte de alto riesgo, al menos para los chiquillos.
Este paraje recibe dicho nombre al ser donde hacían sus prácticas de tiro la Guardia Civil, de hecho, incrustadas en la roca y arena, aún hoy se pueden encontrar los balines.
En el Cerro San Jorge se encuentran la Cueva de la Mora y El Tacón del Moro, que como se puede imaginar ambos parajes tienen su leyenda, lo que hay de cierto en ellos es que como recodo en la piedra sirvieron para el resguardo de pastores.
Cuenta la historia que en 1622 en la cima del Cerro San Jorge, llamado en aquel entonces Alto de las Cabezas, se levantó una ermita para aliviar la desatención religiosa del vecindario Ibáñez ya que a comienzos del siglo XVII solamente había dos parroquias donde acudir para recibir los sacramentos, una la de Jorquera y otra la de Alcalá del Río Júcar. Conocedor de esta situación de abandono, el obispo de la Diócesis de Cartagena, el franciscano fray Antonio Trejo de Monroy, solicitó la instalación de su orden por dichos lares. El despoblamiento de las zonas de la ribera se aprovechó por dicha orden para construir una ermita entre Serradiel y Casas Ibáñez, dando respuesta al vecindario de la meseta albaceteña. El ermitorio era muy sencillo, de una sola nave de diez por cuatro metros al que se añadía un atrio de dos por cuatro metros. Sobre él quedaba la espadaña donde se alojaba una humilde campana.
El traslado del vecindario a la localidad de Casas Ibáñez y con ello la construcción de la iglesia parroquial hizo que la ermita en honor a San Jorge dejara de tener culto y fue desacralizada y demolida a finales de 1791. Hoy son imperceptibles sus ruinas.
En este cerro se ubica también hoy en día el mirador StarLight y que cuenta con un sendero circular señalizado.
Iglesia de San Juan Bautista
El primer templo del que tenemos constancia data de las primeras décadas del siglo XVI y se construyó sobre un pequeño promontorio llamada “El altillo”, un lugar alejado del cauce de las insalubres aguas que atravesaban longitudinalmente La Cañada. Concretamente, es en este mismo punto donde más tarde se construyese el templo parroquial. Está documentado que a partir de 1674 el cantero Sebastián Pérez de Ris se hace cargo de la obra de la torre, muere el 11 de enero de 1675, posiblemente a consecuencia de un accidente laboral y sus restos reposan bajo la iglesia parroquial. Continúa los trabajos Juan Ruiz de Ris, a quien también se le atribuye la construcción de la ermita de la Virgen de la Cabeza en 1683.
La iglesia ofrece una planta de cruz latina, propia de la arquitectura religiosa de los siglos XVII y XVIII. Tiene nave única con cabecera plana, cúpula en el crucero y capillas laterales, de las cuales son originales del momento de su construcción, cada una de las situadas a cada lado del primer tramo inmediato del crucero.
En la actualidad presenta un aspecto distinto al que tenía principios del siglo XVIII, ya que han sido varias las reformas que ha sufrido, especialmente la derivada del derrumbamiento de su bóveda en 1846, por cuyo motivo tuvo que ser reconstruida en su mayor parte. La nave principal tiene una cubierta de bóveda de aristas, mientras que en el crucero presenta otras de lunetos, que debió ser el modelo de bóveda que tuvo originariamente antes de su reconstrucción.
El modelo de edificio corresponde al tipo de templos jesuíticos: planta de cruz latina, nave única, capillas laterales unidas entre sí y cúpula en el crucero.
Del último cuarto del siglo XVIII es la capilla de los Ochando, en el lado de la Epístola. Es de estilo rococó, tiene planta cuadrada con doble acceso: uno a la capilla mayor y el otro al crucero. Lo más peculiar de ella son sus arcos de esviaje hechos con la intención de conseguir una mayor visibilidad entre dicha capilla y la nave del templo. Sobre sus paredes se destaca un mural con el escudo de armas de esta familia de hidalgos y hacendados de Casas Ibáñez.
Las guerras y contiendas del XIX obligaron a reconstruir la Iglesia, las obras se pudieron llevar a cabo gracias a la tenacidad de dos hijos de Casas Ibáñez; Santiago García Clavero, comerciante residente en Valencia, y Alonso Giménez, vecino y comerciante en La Habana. La obra exigió del esfuerzo de toda la población. Concluidas las mismas, el Ayuntamiento solicitó al Obispo de Cartagena que, en agradecimiento a la gestión (refiriéndose a Santiago García), declarase a Santiago el Mayor como titular segundo y patrono de esta villa. Así, y mediante esta petición, el Obispo concedía el privilegio de que Santiago el Mayor fuera el segundo patrono del lugar, debiendo figurar su imagen en el retablo mayor de la iglesia a la derecha de San Juan Bautista, su primer titular.
En cuanto a sus imágenes y objetos de culto destaca un Cristo de marfil y “madera de palo santo” de escuela italiana que es el llamado Cristo de los Misterios. Reseñar también unas crismeras del siglo XVII, una custodia de estilo rococó en plata dorada de escuela madrileña y otra neoclásica de finales del XVIII. Cuenta también con un Cristo tallado en madera del siglo XVII que se venera en la capilla situada a la derecha de la única nave inmediata al crucero y que fue donado a la parroquia por una familia ibañesa.
Arquitectura Popular
Singulares, pese a que no son exclusivas de nuestra localidad, son los chozos y casillas que todavía quedan en el término municipal de Casas Ibáñez. Se trata de pequeños refugios que servían al agricultor para guarecerse de las lluvias, comer al abrigo o incluso para pasar la noche. En algunos también se albergaban los animales y por ello tienen en su interior los pesebres.
Generalmente, la puerta estaba orientada al sur, por lógica para aprovechar el calor de los rayos de sol, y para su construcción se utilizaban la piedra y el barro, obteniéndose en muchos casos del mismo campo sobre el que se construía dejando de esta manera la tierra preparada para el laboreo.
Ermita-Parque de la Virgen de la Cabeza
En extramuros se encuentra la ermita-santuario de la Virgen de la Cabeza, una construcción barroca levantada desde 1680, por el ya mencionado arquitecto Juan Ruiz de Ris. Es un edifico de nave única, con capillas-hornacina entre contrafuertes, cabecera semicircular y bóvedas de arista, todo, aunque modesto, de buena ejecución.
Fiestas en Honor a la Virgen de la Cabeza
El último domingo de abril, el municipio celebra una romería de forma multitudinaria y con gran devoción a su patrona, la Virgen de la Cabeza. Sobresale, por encima de todos los actos, la romería en el santuario ubicado a dos kilómetros de la localidad y el traslado de la imagen de la Virgen hasta la iglesia parroquial en la tarde-noche del domingo, donde es recibida con los acordes del himno nacional, aplausos y llantos de emoción.
Al día siguiente, tiene lugar la Misa Mayor en honor a la Virgen y, por la tarde, la ofrenda de flores y procesión por las calles de la localidad. También es destacable el cariño con el que el municipio, por medio de la Tuna, canta los mayos a su patrona en la noche del 30 de abril.
Feria y Fiestas en Honor a San Agustín
Del 24 al 29 de agosto se celebran las ferias y fiestas en honor a San Agustín. En sus orígenes tuvo un carácter comercial más que festivo. Eran días para realizar tratos con mulas, compra de aperos de labranza o utensilios de cocina (lebrillos, pucheros, sartenes) o para echar a las rifas de los turroneros. Hoy en día tienen un carácter eminentemente lúdico-festivo.
El día 24 tiene lugar la apertura de la feria con una cabalgata con una mayor presencia en los últimos años. Los cinco días posteriores están cargados de actividades culturales (exposiciones, teatro, actuaciones musicales, danzas), deportivas, lúdicas para los más pequeños y otras como corridas de toros o las vaquillas, sin pasar por alto las formidables noches de verbena. Es sin duda la feria de Casas-Ibáñez un referente en la comarca llegando incluso en esos días a acrecentar su población.
Otras festividades: