Villamalea es un municipio con una historia que se remonta a la antigüedad. Evidencias arqueológicas sugieren la presencia de asentamientos humanos desde la Edad del Bronce. Sin embargo, fue a partir de la Edad Media cuando comenzó a tomar forma el pueblo que conocemos hoy. Su nombre proviene de una pequeña aldea llamada “la de Malea”, a la que se unieron otros pobladores.
A mediados del siglo XVI, bajo el mandato del segundo marqués de Villena, Diego López Pacheco, se impulsó el crecimiento de Villamalea. Se construyeron edificios importantes como la iglesia parroquial y se establecieron las bases de la organización municipal. A pesar de los intentos de obtener su independencia de otros señoríos, Villamalea logró su autonomía a principios del siglo XIX, consolidándose como un municipio con una rica historia y un fuerte sentido de identidad.
Villamalea es un municipio con una historia que se remonta a la antigüedad. Evidencias arqueológicas sugieren la presencia de asentamientos humanos desde la Edad del Bronce. Sin embargo, fue a partir de la Edad Media cuando comenzó a tomar forma el pueblo que conocemos hoy. Su nombre proviene de una pequeña aldea llamada “la de Malea”, a la que se unieron otros pobladores.
A mediados del siglo XVI, bajo el mandato del segundo marqués de Villena, Diego López Pacheco, se impulsó el crecimiento de Villamalea. Se construyeron edificios importantes como la iglesia parroquial y se establecieron las bases de la organización municipal. A pesar de los intentos de obtener su independencia de otros señoríos, Villamalea logró su autonomía a principios del siglo XIX, consolidándose como un municipio con una rica historia y un fuerte sentido de identidad.
Villamalea es un municipio con una rica e interesante historia todavía aún por descubrir. Los primeros vestigios de la localidad se encuentran en unos pocos restos arqueológicos y fragmentos cerámicos hallados en distintas zonas del término municipal que revelan la presencia de alguna pequeña comunidad humana desde al menos la Edad de Bronce. La carta arqueológica elaborada para el municipio ha llegado a localizar pequeños yacimientos de época íbera y romana, de poca importancia, muy dispersos y próximos por lo general a zonas de fácil acceso al agua, siendo el situado en la pedanía de Los Cárceles, uno de los más significativos en este sentido, pues su origen se remonta a un pequeño poblado íbero a orillas del río Cabriel cuyo asentamiento continuó en el tiempo.
Íberos, romanos, visigodos, árabes… todos dejaron muy poca huella en la zona de Villamalea debido a que durante siglos todo el territorio villamalense permaneció prácticamente despoblado. Hay que esperar a finales de la Baja Edad Media para encontrar un pequeño núcleo de población que diera lugar a la actual localidad de Villamalea. El “Diccionario Geográfico-Histórico de España” de Tomás López cuenta que el origen del pueblo está en una pequeña casilla o aldea, conocida como “la de Malea”, a la que acudieron a vivir unos pocos labradores que se encontraban dispersos por los parajes de “Garadén” y “El vallejo de los muertos” principalmente, y junto a la cual había una pequeña ermita dedicada a San Juan Evangelista, motivo por el cual el lugar empezó llamándose “San Juan de Villamalea”.
Fue a partir de 1516 cuando Villamalea comenzó a adquirir cierta entidad. En aquella fecha, el segundo marqués de Villena, Diego López Pacheco, que era en aquel entonces el dueño de estos territorios, sentó las bases con los pocos moradores que entonces habitaban San Juan de Villamalea para, mediante una concordia o acuerdo, poblar el lugar y crear las infraestructuras necesarias que hicieran desarrollar el municipio; a cambio, los vecinos debían comprometerse a cultivar las tierras del marqués y a pagarle una serie de tributos. Gracias a ese acuerdo, Diego López Pacheco mandó construir aquel año de 1516 la iglesia parroquial; en un principio, bajo la advocación de la Encarnación, una obra que en 1531 estaba ya casi terminada a falta solo del remate superior de la torre. Ordenó también hacer una tercia junto a la iglesia, un pozo de abastecimiento de agua potable (el Pozo Concejo) con un pilar para que los vecinos pudieran coger agua, cedió gratuitamente terrenos para la construcción de casas a los nuevos pobladores, otorgó tierras al concejo para la creación de una dehesa de ganados, impulsó la implantación del viñedo en el municipio, estableció oficialmente la organización municipal con sus alcaldes y regidores, dio las primeras ordenanzas y concedió ciertas exenciones tributarias a los vecinos para fomentar el poblamiento del lugar.
Desde su nacimiento en la Edad Media y a lo largo de toda la Edad Moderna, Villamalea perteneció al llamado Estado de Jorquera, un territorio dentro del Marquesado de Villena, cuya capital era la villa de Jorquera, y de la cual dependía directamente Villamalea. Las continuas tensiones y abusos de poder tanto de los marqueses de Villena, por un lado, como del concejo y los corregidores de Jorquera por otro, hicieron que los villamalenses trataran de conseguir a toda costa su independencia, y para ello, el concejo intentó comprar en varias ocasiones el privilegio de villazgo a la corona, título que a punto estuvo de conseguir en 1633, pero que no pudo lograr debido a la falta de dinero y a los intereses de Jorquera por evitar la emancipación. Tuvo que esperar la localidad a que se abolieran los derechos señoriales a principios del siglo XIX para conseguir esa ansiada libertad y su propia autonomía.
A finales del siglo XVII e impulsada por la construcción en la centuria anterior de algún pequeño batán a orillas del Cabriel, empezó a florecer en Villamalea una importante industria textil vinculada a la fabricación de alfombras y tapices, una artesanía manufacturera que llegó a alcanzar gran renombre en toda la comarca y cuyo principal taller estuvo ubicado en un beaterio que existió en la localidad. Este centro, fundado por el clérigo Pedro Ponce de León y sus hermanas hacia 1740, estuvo regentado por una comunidad de beatas encargadas tanto del tejido de las alfombras como de la enseñanza de niñas pobres del pueblo. Tal industria textil, gozó de buena salud durante un largo periodo de tiempo, pero a mediados del siglo XIX, el cierre del beaterio, por un lado, y el progresivo abandono del resto de los telares del pueblo, por otro, terminaron por abocar al negocio de la fabricación de alfombras a su desaparición. El recuerdo de esa pequeña industria artesanal alfombrera todavía pervive hoy en día gracias a la adopción en el escudo heráldico municipal, del peine de púas para la lana, como símbolo de ese pasado artesanal.
Grandes desgracias tuvieron que soportar en muchas ocasiones los villamalenses a lo largo de su historia. Plagas, epidemias y guerras hicieron muchas veces la vida imposible a los vecinos y llegaron a diezmar a la población. La langosta era por ejemplo un azote constante en los campos de cultivo del pueblo, que provocaba a menudo periodos de malas cosechas y serias restricciones alimentarias. Las enfermedades eran también causa de enorme mortandad entre los vecinos, pues en aquellos tiempos, la higiene brillaba casi por su ausencia y la medicina llegaba poco más allá de los tradicionales remedios caseros. Serios estragos causaron en Villamalea en este sentido la peste del siglo XVI, las epidemias de cólera en el siglo XIX, especialmente la de 1885, o la terrible pandemia de gripe de 1918. Las guerras fueron también la tercera gran parca para el pueblo, pues a su paso, solo dejaban muerte, saqueo, destrucción y miseria. La Guerra de Sucesión Española de principios del siglo XVIII o las Guerras Carlistas en el siglo XIX fueron algunos de los conflictos bélicos que más afectaron a Villamalea.
En el siglo XX, la Guerra Civil Española (1936-1939) fue la última gran penuria que le tocó vivir a la población villamalense. Durante todo el conflicto y por la forma en que se desarrolló la contienda, el pueblo se mantuvo en la retaguardia del bando republicano, acogiendo refugiados de otras zonas y suministrando hombres y víveres al frente de batalla. Fue en ese contexto de economía de guerra y a través de las colectividades agrarias que surgieron en ese momento, entendidas estas como grupos de vecinos que se encargaban del cultivo de las tierras previamente confiscadas a los grandes terratenientes del pueblo, donde se puso de manifiesto la eficacia de la cooperación en el campo y los beneficios que ese sistema podía dar.
La experiencia de las colectividades agrarias durante la guerra civil fue determinante para que una vez terminado el conflicto y tras unos durísimos años de postguerra, un grupo de pequeños agricultores del pueblo se uniera para fundar juntos en 1946 la primera cooperativa agrícola de Villamalea: la Cooperativa del Campo “San Antonio Abad”, sentando con ello las bases del modelo cooperativista en la localidad y abriendo el camino a la creación de otras muchas cooperativas en años posteriores (Vitivinos en 1969, Champinter en 1977, Cunicultura Villamalea en 1987, etc.). Ese modelo cooperativista basado fundamentalmente en la industria agroalimentaria se desarrolló enormemente en las décadas de los años 70, 80 y 90, llegando hasta nuestros días como una forma de vida muy eficiente para los vecinos, con el campo como fuente de riqueza y principal motor económico, que incluso ha llegado a convertir a Villamalea en todo un referente en el sector.
Ermita de la Purísima Concepción de Villamalea
La ermita de la Purísima de Villamalea es un edificio de corte renacentista construido en el último tercio del siglo XVI.
Se trata de una construcción de planta rectangular que consta de una sola nave, cubierta a cuatro aguas con teja árabe. El interior se cubre con una armadura de estilo mudéjar, llamada de par y nudillo, con limas mohamares uniendo sus paños y ocho tirantes sencillos apoyados sobre ménsulas. Los lienzos de sus paredes son lisos, rotos únicamente por los huecos de las ventanas con arcos de medio punto. En ellos aparecen pinturas murales de época barroca y a los pies del templo se alza una tribuna o coro en alto.
Las paredes del exterior del edificio están construidas en piedra de sillería (hoy enlucidas con argamasa). En sus fachadas este y oeste, tanto en la parte inferior como en la superior, se abren una sucesión de vanos dispuestos simétricamente, enfrentados y cerrados mediante arcos de medio punto para dar luz al edificio.
La ermita posee tres puertas de entrada, abiertas en la fachada este (Plaza de la Concepción), en la fachada norte y en la fachada sur. Esta última se sitúa a los pies de la ermita y se encuentra centrada respecto al muro y formada por un arco de medio punto con dovelas, apoyado en impostas. En su parte superior aparece una pequeña hornacina avenerada con la imagen de la Virgen y encima de ésta, una ventana rectangular. El resto de portadas son más sencilla, construidas también con arcos de medio punto.
Durante muchos años fue la sede de una institución financiera, actualmente se cedió el uso al Ayuntamiento y se está pendiente de rehabilitación para uso cultural.
Iglesia de Nuestra Señora de la Anunciación
La iglesia de la Anunciación de Villamalea es una construcción barroca que fue consagrada en 1612 bajo la advocación de Santa Catalina. Es un edificio perteneciente al primer barroco español, que a lo largo del tiempo ha sido objeto de bastantes modificaciones y alteraciones, presentando en la actualidad un aspecto de fábrica del siglo XVIII.
Es un templo de planta basilical, de una sola nave dividida en cinco tramos, cubierta por bóvedas de cañón con lunetos ciegos y arcos fajones, cabecera semicircular de cuarto de esfera, capillas laterales –en algunos casos comunicadas entre sí por arcos de medio punto- cubiertas éstas con cúpulas sobre pechinas. La cubierta está soportada por pilastras cajeadas, rematadas por un entablamento corrido. El coro aparece a sus pies.
El exterior es de mampostería, con la excepción del muro sur, de la torre y las esquinas, que son de sillería. La cubierta es de teja curva a dos aguas.
Posee dos puertas de acceso. La situada al este está formada por un vano con arco de medio punto, flanqueado por dos pilastras y rematado por un frontón mixtilíneo, de estética barroca, compuesto por un friso liso y cornisa rota sobre cuyos laterales se yerguen dos pirámides de bolas con basamento y en el centro un óculo.
La portada norte se compone de un arco dovelado de medio punto que arranca en impostas. La puerta, de madera, presenta un buen claveteado y unos herrajes de tradición renacentista (siglo XVI).
La torre, realizada en sillería, es de fuerte y esbelto aspecto, alzándose a los pies del templo, en el ángulo suroeste. Está constituida por cuatro cuerpos separados por impostas; el primero muy desarrollado, el de campanas reducidas; en el segundo se aloja el reloj municipal y en el tercero se abren los grandes huecos del campanario. Se remata con cornisa volada y un sencillo chapitel.
Del interior, destaca la Capilla de Santa Catalina, cerrada con una verja barroca, realizada en madera, zócalo de azulejería levantina y rica decoración mural pictórica, al parecer ya del siglo XVIII, que alcanza también a su cúpula.
El coro se sitúa a los pies presentando un barandal de madera torneada. Se apoya sobre un arco rebajado y a ambos lados del espacio formado por el sotocoro aparecen el baptisterio y las puertas de acceso al coro y a la torre.
Como conclusión, este templo presenta un aspecto armonioso y proporcionado y aunque se desconoce su autor, éste se encuentra dentro de la órbita levantina.
En Carnavales, destacan el desfile de carrozas y la invitación de Tortas de sardinas, el miércoles de ceniza.
En Semana Santa, se realizan distintas procesiones con cofrades, y el día 30 de abril la rondalla canta “Los Mayos” en la Iglesia y al Alcalde, Pero son las Fiestas de San Isidro, el 15 de mayo, las mas populares de esta estación, al trasladarse la población y todos los actos (litúrgicos, verbenas etc a la Ermita de San Antón durante varios días.
Fiestas Mayores son las del Santísimo ¨Cristo de la Misericordia, del 9 al 15 de agosto, destacando como más significativos “La carrera de las tres leguas”, “La Ruta del vino” y “La carrera de camas” (pionera en el mundo)