Mahora es un municipio español situado al sureste de la península ibérica, en la provincia de Albacete, dentro de la comunidad autónoma de Castilla-La Mancha. Se encuentra a 27 km de la capital provincial. Tiene una población de 1465 habitantes (INE 2024).
Integrado en la comarca de La Manchuela. El relieve del municipio es predominantemente llano. Baña el territorio el río Valdemembra en su curso final, antes de desembocar en el río Júcar, que hace de límite por el sur con Valdeganga. La altitud oscila entre los 703 metros en un cerro al sureste (cerro Calera) y los 600 metros a orillas del río Júcar. El pueblo se alza a 670 metros sobre el nivel del mar.
La economía de Mahora está basada principalmente en la agricultura (cereales y la vid); 2500 Ha de viñas, que dan trabajo a numerosas bodegas, cuyo producto se comercializa bajo la prestigiosa denominación de origen “La Manchuela”.
Mahora es un municipio español situado al sureste de la península ibérica, en la provincia de Albacete, dentro de la comunidad autónoma de Castilla-La Mancha. Se encuentra a 27 km de la capital provincial. Tiene una población de 1465 habitantes (INE 2024).
Integrado en la comarca de La Manchuela. El relieve del municipio es predominantemente llano. Baña el territorio el río Valdemembra en su curso final, antes de desembocar en el río Júcar, que hace de límite por el sur con Valdeganga. La altitud oscila entre los 703 metros en un cerro al sureste (cerro Calera) y los 600 metros a orillas del río Júcar. El pueblo se alza a 670 metros sobre el nivel del mar.
La economía de Mahora está basada principalmente en la agricultura (cereales y la vid); 2500 Ha de viñas, que dan trabajo a numerosas bodegas, cuyo producto se comercializa bajo la prestigiosa denominación de origen “La Manchuela”.
Es un municipio rodeado por los ríos Júcar y Valdemembra, tiene un nombre de origen árabe, que se cree que procede de la palabra taberna.
Los yacimientos conocidos con materiales ibéricos tienen un área de localización bien definida en torno a la población de Mahora, donde se ha observado la existencia de una importante zona nuclear en torno al paraje denominado el Cabezo de los Silos con asentamientos en pequeñas elevaciones a su alrededor.
La romanización de este territorio a partir del siglo I a. C se manifiesta con la existencia de yacimientos en la Casa de la Matosa, Villares de Tochoso o los restos de la Calle San Roque. Descubriendo sus calles encontraremos también la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, de estilo gótico, declarada bien de interés cultural, destacando la capilla barroca dedicada al Santo Rosar La fase de recuperación de este territorio correspondió a Alfonso VIII y Alfonso X “El Sabio”. Con la retirada musulmana, el monarca Sancho IV cedió parte de la zona al Infante D. Manuel (señorío de Villena), que la dotó de prosperidad y calma. En generaciones posteriores, su Hijo Don Juan Manuel, creó el Marquesado de Villena con Alfonso de Aragón en 1372. No tardaría en volver a pasar a manos reales por las discrepancias entre el poderoso Marques y la Corona.
Los cambios ocurridos en la siguiente centuria (siglo XV) permitieron recuperar el Marquesado, pasando ahora el gobierno del territorio a manos de Don Juan Pacheco. Su vástago Don Diego López Pacheco, pronto desató la ofensiva como cómplice en el bando de Juana la “Beltraneja” por la sucesión a la Corona de Castilla contra los Reyes Católicos.
Las zonas desobedientes a la Real Corona pasaron a la jurisdicción del Estado de Jorquera, que siguió en manos de la familia Pacheco hasta la desaparición de los señoríos en el siglo XIX.
Fue entonces cuando alcanzaría su apogeo histórico, cuando se independiza de la mencionada Jorquera e instalándose numerosos nobles que hicieron que se construyeran numerosas casas palacio o casonas de las que aún quedan algunas en parte, conservándose algunos de los escudos nobiliarios que los presidían. De ahí que se la conozca como la “Corte Chica”.
Cabe destacar de su patrimonio la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción: declarada Bien de Interés Cultural el 22 de diciembre de 1992. Identificador del bien otorgado por el Ministerio de Cultura de España: RI-51-0007366. Se trata de un templo gótico, de una sola nave y cabecera de principios del siglo xvi, con cubierta nervada y ábsides de tres paños, presenta dos partes perfectamente diferenciadas: la cabecera (que es más baja y de distinta ejecución) y, el cuerpo del templo. La nave presenta tres crujías cuya cubierta es en bóveda estrellada y presenta coro alto que se apoya sobre tres arcos del siglo xviii. Destaca en la segunda crujía la capilla del Rosario, de estilo barroco, con cúpula sobre pechinas. El templo tiene un Crucificado de marfil hispano filipino del siglo XVII y un Niño Jesús de la escuela granadina, relacionado con Ruiseño. Además en la sacristía podemos ver los restos de unas preciosas pinturas murales del siglo XVI.
Podemos encontrar en la calle del Hermano Juan y en la Plaza de la Mancha algunas muestras de esas casas nobles construidas entre los siglos XVII y XVIII.
A las afueras del pueblo está el semiderruido convento franciscano de Nuestra Señora de Gracia.
Las fiestas patronales son en honor de San Roque y la Virgen de Gracia, comienzan el día 13 de agosto y finalizan el 17, celebrándose el día del patrón (San Roque) el 16 del mismo mes. Durante estos días el pueblo recibe la visita de cientos de personas de zonas de alrededor e incluso de fuera de la provincia, en su mayoría de Valencia o Alicante.
Otras fiestas importantes que celebra la localidad son: